La primavera es el momento de los focos cinematográficos en cuanto a festivales. con Cannes a la cabeza, hay multitud de festivales, muestras, semanas de cine, que se celebran entre abril y mayo. El consumo de cine está muy vinculado al tiempo que existe. Cuantas veces el cine ha servido para escapar de una lluvia inesperada durante un par de horas. Bueno, ahora quizás menos porque ya no nos encontramos con cines en mitad de los pueblos y ciudades tan alegremente y tenemos que desplazarnos expresamente.
Pero si que globalmente ahora so espacios para evadirse del calor veraniego, sin anunciarlo, como antes, sala con aire acondicionado, es un espacio para evitar algunas de las mayores horas de calor en el exterior y que a la vez, nos hacen viajar en ocasiones, a mundos imposibles de llegar de otra manera. En invierno, nos esconden del frío y la oscuridad temprana.
La primavera es ese tiempo incierto, que al mediodía da gusto estar en la calle, pero a la que comienza a esconderse el sol, mejor encontrar un espacio para pasar bien la tarde. Los pequeños festivales nos ofrecen mucho más que sólo una película. La gran mayoría acompañan la cinta con un coloquio con sus cineastas o con personas vinculadas a la historia que se nos cuenta. Los días son más largos y la oscuridad no parece tan cerrada como en invierno cuando se sale del festival de cine.
La primavera es cinematográfica, porque ofrece luz y colores, y eso también se vive en el público, que por lo general, astenia y alergias a parte, es una de las épocas con más alegría y positivismo del año. El cine lo aprovecha y presenta sus películas más personales en momentos donde más se aceptarán.
Tanto festival hay n primavera que en Málaga movieron su consolidado festival de Cine Español (en español) justo a finales de invierno, porque ya tenían consolidado el público y los cineastas. Pero vamos viendo como la mayoría de sus películas se irán estrenando en estas semanas primaverales.