#1207 – Enganchados al cine.

#1207 – Enganchados al cine.

Una de las cosas más agradables del cine es sentarse en su butaca, que esté limpia y sea cómoda, pero no mucho, para disfrutar de la película que hayamos elegido. Sería muy desagradable no poder sentarse porque la butaca estuviera tan sucia que nos fuera imposible plantar el trasero.

Seguramente nadie es consciente cuando entra en la sala que hace un momento, ya ni minutos, a veces segundos, la sala estaba llena de personas con la proyección previa, y que mucha de esas personas habían dejado el patio de butacas impracticable. Y eso causa una situación muy desagradable para todas las partes. El cine si quiere dar una imagen de limpieza debe darse prisa en limpiar la sala para que puedan acceder para la nueva sesión lo antes posible, curiosamente, bien cargados de palomitas, nachos, bebidas, y lo que haga falta, ya que es de donde sacan más margen de beneficio para hacer rentable la sala.

El cine quiere la sala limpia y al mismo tiempo ofrecer productos alimentarios para aumentar los ingresos. El público quiere una sala limpia y poder entrar cargando con una bandeja llena de palomitas, nachos y refrescos. O cuanto menos una papelina llena de palomitas, que va dejando marcas de su camino hasta la butaca. Ese es el inicio de la suciedad. Cuando termina la película hay zonas que parece un campo de batalla. No sólo palomitas por el suelo, los cartones donde iban, los vasos de refresco, cañas, de todo por todas partes.

Uno de los malos hábitos de los cines es el de encender las luces, a veces, incluso antes de que inicien los títulos de crédito. Es casi imposible encontrar una sala que termine de verse toda la película, toda, créditos incluidos, se vuelva a quedar la sala a oscuras y entonces se enciendan las luces de las salas. Sería una experiencia completa.

Ello impediría a mucha de la gente que ha ensuciado la sala salir rápidamente antes de que llegar el personal de limpieza y no permitir que surja el pepito grillo y les haga trasladar la suciedad desde su butaca hasta las grandes papeleras que suele haber al lado de la puerta de salida de la sala.

Así que en plenos créditos la gente sale en estampida, mientras siempre hay gente que desea ver los créditos completos, y al mismo tiempo entra el personal de limpieza porque nada mas terminar la sesión empieza otra y hay que tener la sala en perfecto estado. Con la moqueta han quitado aquel suelo enganchoso de los refrescos resecos cuando habían caído al suelo.

La falta de respeto puede llegar en momentos en los que haya poca gente en la sala, o sea limpia, y el persona de limpieza acabe antes de que hayan acabado los créditos, salen de la sala y apagan la película. Como si estuvieran en casa, para abrir ya puertas para la siguiente sesión. Algo que permitiría a quien está dentro mirando los créditos quedarse y disfrutar nuevamente del producto alquilado, a quien no le han dejado terminar de verlo completamente, y para ello, acabará ensuciando bien la sala para que al menos, estén limpiando hasta el último agradecimiento.