La Academia Europea del cine ha cambiado su logo. No es el primer cambio, ya lleva varios, y en los dos últimos había utilizado la imagen de su estatuilla como parte importante de su imagen corporativa. Y en esta ocasión ha desaparecido. De hecho ha sido un cambio importante respecto a su histórico, donde no aparece ni la estatuilla, ni las siglas de la Academia y/o los Premios, se basa en una perspectiva de rectángulos y cuadrados de diferentes medidas.
Podría ser una evolución de las diferentes pantallas en las que ha vivido el cine, pero el final con una clara pantalla vertical, más que cine, es la comunicación audiovisual. Un formato móvil, pero imposible para contar historias. Nuestros ojos en situación horizontal no nos permiten ver una historia vertical más allá de unos instantes en un cachivache portátil. Ya se ha intentado, y no se hizo con poca intención, y se confirmó que el consumo audiovisual de manera extensa debe ser horizontal, aunque sea mínimo, debe ser un cuatro tercios.
Para gustos colores, pero sin ninguna imagen que vincule al cine, a Europa, a los EFA, sólo el nombre de los premios debajo de los cuadros y rectángulos de perfectos ángulos rectos, se hace difícil que cualquier persona pudiera deducir sólo con el diseño y sin el texto, deducir de que representa ese juego de líneas rectas.
Es curioso que en un mundo donde todos los iconos en las redes sociales aparecen redondos, se haya creado un logotipo que se base en las líneas rectas. Además de lo ya comentado, que no den peso al premio, que precisamente no tener tanto conocimiento social, es necesario reforzar su imaginario social en el mundo cinematográfico.
Deberemos acostumbrarnos a esta nueva imagen durante unos años en los carteles de películas europeas, nominadas y ganadoras de los EFA, con más o menos retraso, que seguimos esperando que se vaya reduciendo ese retraso aprovechando las nuevas ventanas generadas por la pandemia, algo bueno tenemos que conseguir de ella.