#1278 – Tradiciones.

#1278 – Tradiciones.

El último trozo de turrón que quedaba encima de la mesa había desparecido hacía ya una hora. La televisión estaba sonando de fondo pero nadie le hacía caso. Por la ventana comenzaba a acabarse la luz del Sol, que parece que cada día dura un poco más, pero todavía nos acerca la noche más pronto de lo que a nuestra cultura nos gusta. Esa era la señal para dejar la mesa, la familia y salir a trasladar la ilusión y la alegría del día a otras familias.

Sin hacer mucho ruido, dejando a los más pequeños disfrutando del no tener límite para agotar sus energías jugando como hace tiempo que no pueden hacer, es el momento. Una mirada cruzada con los mayores de la mesa y no hace falta decir nada más, todo el mundo sabe que es su hora de ponerse a preparar la magia de un día tan especial. Es una tradición que lleva en el mundo años, décadas, casi un siglo.

Cuando sale a la calle no hay todavía nadie. Algún vehículo con más ganas de llegar a su destino que de pararse a mirar lo que tiene delante. Las prisas de estos días juegan a su favor para seguir siendo invisible. Le gusta ese punto de misterio que rodea su figura. Se abriga bien con su chaqueta roja que lo hace un poco más abultado, los años acaban dejando muestras de su experiencia en la cintura, en la barriga, pero la ilusión del primer día no ha desaparecido. 

Llega a su santuario, está solo, hoy no hay nadie más. Todavía. El trabajo de los últimos días ya lo ha dejado todo listo para que pueda darle el toque final. Un paseo entre las butacas, mirando que todo esté bien. Igual que ayer, antes de cerrar y que nadie haya vuelto, pero las rutinas y las tradiciones son agradables. Cuando termina sube a la cabina. Para pilotar los sueños.

Hace unos años hacía falta preparar la película en la cabina pero hoy sólo hace falta confirmar las contraseñas e iniciar la descarga de la película elegida para esa tarde. La tarde en la que nadie del pueblo deja de acercarse al cine, tras la comida familiar. El único día en que se permite entrar comida en la sala, turrones, barquillos y polvorones. El único día que muchos de sus habitantes entras en el cine, y no volverán hasta un año después.

Es el día en que la magia y creer en todo, sigue llegando a cualquier persona. No es la magia de la Navidad es la magia del cine, que se aprovecha de la Navidad, para que nadie se olvide de la magia de ver una película en soledad, rodeado de gente, en una pantalla tan grande que te parece que puedes entrar dentro de la historia.