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Título: Desgraciadamente Philip K. Dick ha muerto
Título original: Philip K. Dick is Dead, Alas
Autor: Michael Bishop
Traducción: María Sánchez Salvador
Año de edición: 2009
Número de páginas: 312
Colección: Soalris Ficción
Editorial: La Factoría de Ideas
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Todo buen aficionado al cine, aunque no sea un experto en literatura de ciencia ficción sabe muy bien quien es Philip K. Dick, porque, con toda seguridad sin él no existiría una película de culto como “Blade Runner”, dirigida en 1982 por Ridley Scott y basada, aunque sea ligeramente, en la famosa novela del escritor estadounidense “¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?”, escrita en 1968. Philip K. Dick, nacido en 1932 y fallecido en 1982, fue un prolífico escritor de ciencia ficción que influyó notablemente en el género, aunque su obra no fue reconocida como se merecía hasta después de su muerte. Ahora, otra distinguido escritor de ciencia ficción como Michael Bishop, que ofrece una óptica antropológica en sus obras, autor entre otras novelas de “El eslabón perdido” y “Sólo un enemigo: el tiempo” (también publicadas por La Factoría de Ideas), desarrolla con habilidad e inteligencia esta original novela en la que sigue el estilo Philip K. Dick en una compleja, curiosa y apasionante historia, cuya acción se sitúa en el año 1982, con un Nixon en su cuarto mandato del “Imperio Presidencial”, con una base estadounidense permanente en la luna y con el aparentemente fallecimiento de un excéntrico novelista llamado Philip K. Dick. La pareja protagonista, los divertidos y carismáticos Cal Pickford y su esposa, la psicóloga Lia Bonner, descubrirá, no sin asombro, que el señor Dick no está muerto, cuando éste visita a Lia en demanda de ayuda. Admirador del autor, Carl no dudará en ayudarle para vivir un serie de complicados acontecimientos que abarcan diversos aspectos de la vida americana desde la política al cine. Hondo y sentido homenaje a uno de los grandes del género, en ningún momento Michael Bishop intenta que su novela sea un pastiche de la obra de Dick, pues si bien utiliza muchas de las técnicas narrativas habituales en la obra del autor, aporta su propia personalidad, donde esa tendencia antropológica de su obra está, también, muy presente. De lectura rápida e intensa, “Desgraciadamente Philip K. Dick ha muerto” es una de esa novelas que dejan al lector con deseos de repetir.
Por: Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos |