#1328 - No nos gusta reír.

Ya se han dado a conocer las nominaciones a los Premios Feroz. Una parte importante para que estos premiso sigan creciendo es que son los más importantes en reconocer las series televisivas. Pero lo que está claro es que la prensa española tiene un problema de felicidad muy duro. Si los Feroz quieren seguir siendo premios transgresores, como así surgieron, para ir más allá de lo académico y de lo público, tener una nueva visión, centrarse sólo en las series dramática para rellenar todas las categorías de este apartado deja en muy mal lugar la felicidad de los miembros feroces.

Atentados, asesinatos, adicciones, acosos, vidas llenas de éxito y dolor se convierten en las protagonistas de las series. Las categorías de interpretación y guión tienen estas series como protagonistas. Parece que tanta queja que hay cuando aparecen las nominaciones a los Oscar donde la prensa especializada a veces se queja que sólo se premian a los dramas y que no hay manera de que el cine más entretenido, las comedias, excepto algunos musicales, sean capaces de tener el reconocimiento que merecen, ahora que hay oportunidad para arreglar estos errores, sigamos cayendo en ellos.

Luego está la decisión de saber si una producción es comedia o drama. La duración del producto no debería decidir el género, pero parece que sucede. Durante unas semanas hubo el debate de saber si The Bear era una comedia o un drama. Su duración de media hora podía hacer pensar que se trataba de una comedia, pero nada más allá. Su centro narrativo no es el de una comedia. Pero su intensidad hace que mantener la trama de un capítulo mucho más tiempo, acabaría por agotar al público.

Lo mismo nos sucede ahora con Celeste. La encontramos en la lista de comedias. Se trata de una serie de capítulos de media hora, y con Carmen Machi de protagonista. Pero no debe ser obligatoriamente sinónimo de comedia. Seguro que si preguntáramos a la protagonista, nos diría que la evasión fiscal es uno de los mayores dramas con los que convivimos diariamente sin darnos cuenta. Y a pesar que podría haberse creado una comedia con estos protagonistas como si fuera The Office, o la más próxima, Moncloa ¿dígame?, el estilo narrativo ofrece un humor negro en el fondo de la historia de su protagonista y de la investigada. No hay risas, no hay chistes.

Ni si quiera la única comedia, supuesta, que aparece más allá de la categoría de comedia, nos hace acabar con un buen regusto de boca una jornada dura de trabajo. Por suerte las comedias de este año tienen una buena calidad y hacen reír. Algunas, para morirse de risa.